AITOR VILLAFRANCA, ESCRITOR ESPAÑOL, AUTOR DEL LIBRO ‘CERO’:
“’CERO’ ES LA NADA QUE APLASTA INEXORABLEMENTE A LOS PROTAGONISTAS, O LA OPORTUNIDAD DE BORRARLO TODO PARA VOLVER A EMPEZAR”.
Entrevista: Patricio Sesnich Jr.
Publicada en: Diario El Longino de Iquique (Jueves 20 noviembre, 2014).
Imagen: Google Images.
“Tras una noche empapada de alcohol, Álex y Daniel despiertan en una misma cama, pero en mundos distintos.
Hastiado por su propia vida, Álex camina sin rumbo hasta llegar a calles extrañas en las que los edificios se enredan en laberintos de hormigón y la gente avanza desnuda entre pequeñas llamas verdes. Una ciudad onírica en la que no parece ser bienvenido.
Ajeno a esta realidad, Daniel no tiene tiempo de preocuparse por la desaparición de su amante. Es el día de su cumpleaños y sus fantasmas personales le están esperando”.
Este es parte del argumento de “Cero” (Ediciones Oblicuas) del ingeniero de telecomunicación, doctor en física y escritor español Aitor Villafranca (Navarra, 1985) quien contestó (vía mail) las preguntas de El Longino de Iquique.
1 ¿De qué trata tu libro “Cero”?
Aitor: “Es la historia de dos amantes ocasionales, Álex y Daniel, que despiertan en una misma cama, pero en mundos distintos. Daniel despierta en el mismo Madrid que podría encontrar yo al salir a la calle, con su entramado de historias a medio cerrar, de causas y consecuencias.
Álex, por el contrario, amanece en una ciudad onírica en la que los edificios se mueven como si estuvieran vivos, formando un laberinto por el que avanzan extraños habitantes dejando pequeños rastros de fuego verde.
La novela narra los viajes paralelos de estos dos personajes desubicados, que avanzan a tientas mientras intentan descubrir si el “Cero” que da título a la novela es la nada que les aplasta inexorablemente, o la oportunidad de borrarlo todo para volver a empezar”.
2 ¿Cómo nació la idea de escribir esta historia?
“Por un lado, me interesaba explorar esa paradoja de dos personas que comparten un momento de intimidad, pero cuyos mundos apenas se tocan. Cómo pueden tener visiones disjuntas sobre una misma realidad, y cómo al mismo tiempo, ese pequeño contacto puede acabar alterando la historia del otro de formas insospechadas.
Por otra parte, siempre me ha atraído la opción de adentrarme en la psique de los personajes transfiriéndola al mundo que les rodea. En ese sentido, la ciudad onírica y surrealista por la que camina Álex es un reflejo de la visión y los traumas del protagonista. Una forma de indagar sobre aquello que le atormenta, sobre su visión de la sociedad y de sí mismo”.
3 ¿Con qué se va a encontrar el lector que adquiera este libro?
“Espero que encuentre un viaje único, o cuando menos, uno atípico. También un reflejo de emociones que en algún momento ha sentido justo en el borde de su campo de visión, y que puede que hasta ahora no se haya detenido a explorar”.
4 ¿Proyectos para 2014-15?
“Ahora mismo estoy trabajando en una novela bastante larga, mucho más ambiciosa que las anteriores, y de la que espero poder contar más cosas muy pronto.
Por lo demás, uno de mis problemas siempre ha sido tener más proyectos que tiempo para realizarlos. Tengo en el cajón notas en el que cogen polvo los gérmenes de incontables novelas y guiones. Quizás vaya siendo hora de volver a hurgar entre ellas”.
5 ¿Cuándo fue la primera vez que pensaste en ser escritor o dedicarte a la literatura?
“Tengo un recuerdo muy vívido al respecto, aunque puede que a estas alturas esté un poco distorsionado por la distancia. Recuerdo que cuando todavía era muy pequeño, mi madre me dejó para leer ‘La Trilogía de Nueva York’ de Paul Auster. Era tan genial, y tan distinto de todo lo que yo había conocido hasta entonces, que mi cerebro estalló en mil pedazos, y sólo pude pensar: ‘Yo quiero hacer algo así’.
Aún así, es muy complicado entrar en el mundo literario. Durante años no pensé que fuera posible trasladar mis historias al público. Por suerte, en 2011, mi obra ‘Zodíaco’ llamó lo suficiente la atención de Ediciones Oblicuas como para concederme su premio de narrativa y publicarla finalmente. Todo lo que ha venido después ha sido una experiencia increíble, y no podría estar más agradecido”.
6 ¿A dónde te gustaría llegar como escritor?
“La verdad es que no es algo que me plantee demasiado. Prefiero escribir sobre los temas que me interesan sin supeditarlo al éxito comercial o a opiniones externas. Me basta con que haya alguien que abra el libro, y durante un rato, sienta algún tipo de conexión con sus personajes. Aún así, como me dedico a la investigación científica además de la literatura, a veces bromeo diciendo que quiero ser la primera persona en ganar a la vez el Nobel de Física y el de Literatura”.
7 Últimas películas que hayas visto.
“’Boyhood’ (Richard Linklater, 2014); ‘Rashomon’ (Akira Kurosawa, 1950); ‘Some Like It Hot: Con faldas y a lo loco’ (Billy Wilder, 1959)”.
8 Últimos libros que hayas leído.
“’Middlesex’ (Ed. Anagrama) de Jeffrey Eugenides; ‘La gente de papel’ (Ed. RHM) de Salvador Plasencia y, por enésima vez, ‘Crónica del pájaro que da cuerda al mundo’ (Ed. Tusquets) de Haruki Murakami”.
EXTRACTO DEL LIBRO “CERO”.
“HIZO UN REPASO MENTAL DE LA LISTA A LA QUE PODÍA RECURRIR EN AQUELLOS tiempos en busca de sexo. Cuatro hombres. Dos mujeres. Uno de ellos casado, una de ellas dispuesta a combinar la experiencia con cualquier otro de la lista. No es que se sintiera especialmente orgulloso de disponer de aquel abanico de opciones, pero al menos el tiempo que dedicaba a follar no solía sentir la opresión en el pecho con la que estaba acostumbrado a vivir. Por supuesto el remedio no duraba demasiado. A veces ni siquiera funcionaba durante el sexo, y de repente todo empezaba a resultarle ridículo y antinatural. Sentía entonces un hastío absoluto, y tenía que hacer un esfuerzo consciente para ordenar a sus músculos que continuaran con sus movimientos. Su cuerpo olvidaba en aquellos momentos cómo moverse, y cada pequeña acción pasaba a requerir instrucciones detalladas. Un operario cansado controlando un cuerpo mecánico desde el exterior.
SINTIENDO COMO SI SUS MÚSCULOS YA NO LE pertenecieran, Álex siguió avanzando. El asfalto bajo sus pies cada vez estaba más caliente, y sus pies habían empezado a adquirir un color negruzco. Se dio cuenta entonces de que lo que estaba calentando el suelo no era el sol, sino unas pequeñas llamas verdes que dejaban a su paso las personas con las que se cruzaba.
SURGÍAN DEL ASFALTO y las baldosas en el momento en el que despegaban los pies del suelo, un fuego brillante que se estiraba unos centímetros como intentando alcanzar algo invisible, y luego perdía intensidad poco a poco hasta extinguirse por completo”.
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